lunes, 14 de junio de 2010

Movimientos centrífugos

Tras la victoria en las elecciones generales de los nacionalistas flamencos, el estado belga se tambalea. El esfuerzo de las instituciones europeas, situando su sede adminsitrativa en Bruselas, tan sólo ha servidio para retrasar un divorcio que cada vez se presume más conflictivo.

Toda una paradoja. El país que alberga la sede de un movimiento político unificador, protagoniza ahora uno de los movimientos centrífugos más convulsos de Europa. Del estado unitario o como mucho regional, se quiere pasar --según señalan los observadores-- a una monarquía confederal, que a su ve se integra en la UE. Una locura. Por cierto, el modelo parece coincidir con lo que algunos quieren para España.

Es curioso, hace poco hemos celebrado la ciada del Muro, que fue el remate de las aspiraciones del federalismo unificador, centrípetro, alemán.  La ciencia política mantenía que esto es lo moderno, que la secuencia alemana es la que iba a marcar tendencia: (i) federalismo  extremo o confederación; (ii) fedarislmo integrador; (iii) estado único con funciones descentralizadas. Si es así, los belgas (y nosotros) estamos aún en la fase 1ª, algo retrasados.

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