jueves, 19 de agosto de 2010

El alma de las normas

Educados bajo el vil y vacuo positivismo, hemos perdido la noción del alma de las normas. Es decir, ya no precibimos la necesidad de que, para que una regla sea jurídica, con verdadera fuerza de obligar, tiene que tener un sentido (generalmente de tipo "moral").

Ahora,  en cuanto existe un conflicto o en cuanto creamos un espacio de convicencia lo primero que hacemos es regularlos; crear normas en masa, sin más, en la creencia de que un grueso texto de estatutos traerá la paz social y el correcto uso del espacio o bien en cuestión. Tal vez esa paz se consiga  (muchas veces por puro aburrimiento ante el abrumador número de obligaciones y condiciones), pero el verdadero fin del derecho va más alla. Su objetivo es conseguir que el sentido común impere por encima de interes particulares. Se trata de las cosas funcionen bajo ese sentido común. A veces, para logarlo, lo mejor es precisamente prescindir de la norma o como mucho porponer un atisbo de norma; una pre-norma (sobre ello hablaremos otro día).

He visto en algúnos parque, por ejemplo, prohibiciones del tipo "prohibido comer". ¿Qué sentido tiene esa norma en un parque? ¿Comer una galleta es una infracción? ¿Se puso allí ese cartel por rellenar; porque las cosas nos parecen más serias y oficiales si hay carteles que prohiben?

miércoles, 18 de agosto de 2010

Iconoclastia

En política, la mentalidad actual es muy dada (puesto que todo está inventado) ha proponer cosas inverosímiles. Tras ver diversa publicidad institucional (sobre todo de Universidades) donde salen imágenes de tipos humanos muy característicos (generalmente identificados con un tipo de éxito basado en lo material), me pregunto si la neutralidad y objetividad exigible al poder público debería impedir que éste se manifestara por medio de imágenes que planteen o promuevan "modelos" concretos.


Es decir, cable palntearse si la publicidad institucional debería prescindir de representaciones atropomórficas de las que se deduzca que un grupo humano (por ejemplo el tipo germánico) o un modelo de conducta (el progre de marca) son modelos deseables.

No está mal la idea. Tiene, creo, enjundia como para rellenar un polémico y posmoderno proyecto de ley. Sólo símbolos, emblemas, etc, nada de rubias delgadas con un cierto aire entre progre comprensiva y fría ejecutiva.

viernes, 13 de agosto de 2010

A propósito de la entrada anterior

España: bares y ¡¡ bancos !!

Leo en el De Verdad:

Ningún otro país del mundo posee tantas sucursales bancarias por cada mil habitantes como España.


Ningún país de la Unión Europea tiene tantos cajeros automáticos como nosotros.

lunes, 9 de agosto de 2010

Un vistazo rápido a los cambios en la Ley de Contratos

Es agosto pero el BOE sigue con "exclusivas" de gran interés. Esta vez de la mano de la Ley 34/2010 (publicada hoy) que modifica, entre otras, la ley de contratos. No me ha dado tiempo a leerla en profundidad, aunque he visto una novedad que me llama la tención: los contratos públicos ya no se perfeccionan desde su adjudicación. el nuevo artículo 27 de la ley dispone su perfección desde la formalización.

viernes, 6 de agosto de 2010

Cataluña y las leyes que de verdad importan

Mientras el Estatuto hace de pantalla, en el Diario Oficial de la Generalitat se publican lo que de verdad construye un Ordenamiento pleno. En el del pasado día 5 se dan a conocer dos normas de gran calado: El Código de familia, integrado en el ambicioso proyecto de Código Civil catalán (creo que ya sólo les falta la parte de oblgiaciones) y Ley de Régimen Jurídico de la Administración catalana, que es la LRJPAC  de dicha Comunidad --en muchos aspectos la reproduce y sigue su esquema (a pesar de lo ciritcado que fue en su día por casi toda la doctrina)-- aunque también mezcla elementos que en el ámbito estatal se recogen en otras normas adminsitrativas (como la elaboración de disposiciones generales o lo referente a los entes instrumentales).

Me gusta más la labor hecha en el derecho privado con su Código Civil, donde la doctrina ha podido hacer --al fin-- un ejercicio de modernización, criba y aclaración del farragoso y anticuado derecho civil tradicional y común. Si alguien no entiende una institución en el Código Civil de toda la vida, lo mejor es que la busque en el catalán, donde se explican con un lenguaje actual y bajo esquemas mentales (esto es básico) también actuales.

Debe tomar nota al respecto el legislador estatal, aunque con un proyecot más amplio --en la medida de su competencias-- dando vida no a un código civil, sino a un necesario Código de derecho privado a la italiana, aunque, ya digo, adpatado a gente que se ha crecido con la PlayStation (para esa generación y venideras lo del "censoenfitéutico" tal y como aparece en el código actual, que es tal y como lo formularon los romanos, es iincmprensible. Natural por otra parte).

jueves, 5 de agosto de 2010

Ámbitos no normados

Que no es lo mismo que territorios sin ley, como en el Oeste. Me refiero a espacios o actividades sociales (si no fueran sociales no podríamos hablar de reglas, creo) que carecen de reglas  precisas, expresas, que regulen lo que allí se hace. Es decir, sus protagonistas no han dictado estatutos o relgamentos al respecto. Pongamos, por ejemplo, el caso de una boda. Todo el mundo en generalsabe lo que hay que hacer: ceremonía; esperar la salidad de los novios; dirigirse al  pinchín, etc. No hay normas en sentido legal o jurídico.

Estos espacios, lamentablemente, cada vez son mas escasos. Desde hace décadas --muchas--la tendencia es la contraria: es a normarlo todo, como bien sabemos porque lo padecemos.

Creo que es necesario recuperar los ámbitos no normados. Algo así como "deshacernos del maldito abogado" que todos llevamos dentro o que todos conocemos.

Tengo noticia directa de, por ejemplo, comunidades de vecinos donde el cuerpo normativo es más voluminoso que el del Estado de Andorra.

Sentido común; de comunidad; sentido del límite y hasta de ridículo. Todo ello nos hará libres.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Escribir con claridad

Veo en el blog de David de Ugarte la nueva ocurrencia de la Comisión Europea: una guía para escribir con claridad. está destinada a los funcionarios de la propia Unión. Se trata de hacer comprensibles al ciudadanos los --complejos- documentos comunitarios. Como Ugarte apunta,  la guía es una adptación de los diferentes lenguajes de la Comunidad al ritmo y esuqemas del inglés. un nuevo paso hacia una comunicación estandarizada en el contexto de la anglosfera (Ugarte lo llama anglomundo).