miércoles, 21 de julio de 2010

CiberAugures o la Administración Artificial


Cuando los primitivos romanos deciden fijar su derecho en unas tablas para que sea conocido por todos, se da un paso definitivo en la historia de la civilización. Hasta se momento las normas que regían la sociedad eran secretas; conocidas e intepretadas por unos pocos "augures", magos, a los que se suponía dotados de poderes sobrenaturales.

Actualmente resulta impensable un sistema legalque no garantice, en primer lugar, la trasprencia de los procedimientos; de los procesos através de los cuales las instituciones adoptan sus decisiones. Resulta vital esa trasparencia para conocer las razones de uan decisión; los antecedentes y en su caso poder recurrir con argumentos.

Sin embargo, en los últimos tiempos, como consecuencia de la introducción en diversos trámtes de progamas de ordenador, e principio de transparencia se está viendo soslayado. viene siendo habitual que sobre todo en procesos  de peticiones masivas intervenga un programa informático para ordenar el listado de agracidados. Las normas reglamentarias que ordenan el asunto suelen limitarse muchas veces a nominar el programa concreto --generalmente con extrañas siglas-- sin mayores precisiones. Al final la decisión resulta opaca e infalible, pues se alude a un proceso automático del que no se conoce nada (salvo que se cuente con la ayuda, siempre costosa, de un experto en informático). En fin, el ordenador se ha covnertido en estos casos en un nuevo augur o chamán cuyos rituales sólo conoce una minoría inaccesible.

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